“Nuestro equipo tenía nuevas ideas, nuevos usos y nuestro uso de la impresión 3D se expandió a partir de ahí. Se convirtió en algo cotidiano para nosotros y nuestras impresoras funcionaban constantemente. No esperábamos que la impresión 3D se convirtiera en una parte tan integral de nuestra producción. Normalmente no fabricamos nuestras propias piezas; siempre compramos a los proveedores. Pero luego apareció la capacidad en la que pudimos fabricar nuestras propias piezas y nos abrió los ojos para hacer las cosas mejor, más rápido, más barato y más eficientemente. La capacidad de controlar el proceso de producción internamente, sin tener que gestionar proveedores subcontratados que también tienen demandas de otros clientes, fue fundamental. Pudimos controlar todo, desde el proceso hasta la calidad de la pieza, y más “. agregó Leavine.

“El avance de la fabricación aditiva es algo de lo que he sido partidario durante los últimos años. Creo que cambiará la forma en que fundamentalmente fabricamos en nuestro deporte ”.

Michael Leavine, vicepresidente de Leavine Family Racing, había estado buscando un enfoque rentable para hacer discos de varios centímetros de ancho utilizados para rellenar los agujeros de los divisores de los coches, un componente aerodinámico sensible en los coches que ofrece una mejora en el rendimiento, en lugar de comprarlos a un vendedor. Los discos moldeados por inyección cuestan normalmente unos cinco dólares cada uno y se usan solo una vez antes de desecharse.

De esta manera, decidieron utilizar impresoras 3D, en específico Leavine seleccionó la impresora 3D MakerBot METHOD X ™ por su impresionante cartera de materiales y termoplásticos avanzados, que es adecuada tanto para la creación rápida de prototipos como para las piezas de uso final. La capacidad de METHOD para imprimir a temperaturas extremadamente altas también fue un beneficio para Leavine, que necesitaba materiales con alta resistencia y alta resistencia al calor para piezas exigentes. El equipo optó por tres impresoras 3D MakerBot METHOD X, dos para el garaje y una que podría instalarse en la oficina de Leavine o llevarse de viaje para su uso in situ en las carreras.

De esta manera, Leavine comenzó a imprimir los discos internamente ahorrando al equipo entre $ 20,000 y $ 25,000 al año.

Después de eso, comenzó a explorar otras aplicaciones en las carreras con impresión 3D, como la creación de prototipos y la fabricación de accesorios.